El sistema de calefacción de gasoil consta de una caldera que usa el gasoil como combustible y que calienta el agua que hace circular por el circuito de tuberías que llega a los radiadores o suelo radiante.
Su funcionamiento es el siguiente: el gasoil almacenado comienza a fluir por un conducto desde el tanque hasta la cámara de combustión. Una vez en la cámara, el gasoil es atomizado, es decir, se divide en decenas de diminutas gotas. Es entonces cuando los electrodos de la cámara de combustión producen una descarga eléctrica que prende fuego al gasoil atomizado y produce unas llamas controladas.
La llama generada calienta una zona denominada intercambiador de calor. Desde esta área, el humo de la combustión se traslada a otra cámara para su expulsión. La salida de humos debe tener unas medidas adecuadas y contar con una instalación realizada por técnicos certificados. El calor que se obtiene en el intercambiador calienta el agua, que puede circular por un circuito de calefacción o como agua caliente.